No sé si el recuerdo de sus palabras es real o lo he fabulado. Eso fue hace tantos años atrás que probablemente imaginé esta memoria, así como fui capaz de dotar a aquel hombre de cualidades que no poseía e ignorar su triste particularidad de ver programas argentinos para asimilar el acento.
Los físicos señalan que el tiempo es un invento, un constructo social. Me angustia pensar que algo tan inmenso es sólo una muleta más para vivir y reafirrmar nuestra condición humana. Sino, ¿qué motivo encuentro para que casi una década después recuerde que aquella noche vi a un ser humano pronunciar otra medida para contar su vacío?
¿Aquel hombre aun acercará su oído a la tetera para calcular cuánto tiempo cabe en el silbido de sus rieles de vapor?
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